«Cristo del amor»

«…Ruega por nosotros…»

Señor sepultado de la Basílica menor de nuestra Sra. del Rosario, Templo de Santo Domingo «Cristo del Amor»

Trascendencia total

La ciudad de Guatemala es un crisol de fe y tradición que encuentra en la Semana Santa su máxima expresión. Entre las veneradas imágenes que procesionan por las calles del Centro Histórico durante estos días, destaca el Señor Sepultado de la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario, también conocido como el «Cristo del Amor», una obra que no solo representa el profundo fervor del pueblo guatemalteco, sino que también ha trascendido en el tiempo como símbolo de devoción, fé, arte y cultura.

Cristo del Amor

La denominación de «Cristo del Amor» es emblemática y tiene un profundo significado. La imagen del Señor Sepultado encarna el sacrificio último de Jesús por la humanidad, un acto de amor sin límites.

A través de la procesión y el culto que le rinden sus devotos, el mensaje del amor divino se manifiesta en la espiritualidad guatemalteca, recordando a los fieles el valor de la entrega y la redención.

Sepultado Dominico

El Señor Sepultado es, sin duda, inspiración divina, una joya del arte sacro de la Comunidad Dominica en Guatemala y patrimonio de todos los guatemaltecos.

Su diseño muestra una maestría inigualable en la representación del cuerpo y el rostro sereno de Cristo que comunican el dolor del sacrificio, pero también la esperanza en la resurrección.

Es este equilibrio entre el sufrimiento humano y la promesa divina lo que ha capturado los corazones de generaciones de guatemaltecos.

Detalles únicos

La urna que lo contiene es una obra de arte en sí misma, con elaborados detalles barrocos que realzan la solemnidad del cortejo.

Cada año, los fieles y artistas locales se esmeran en preparar con sumo cuidado la decoración que acompañará al Señor Sepultado en su recorrido procesional, destacando la dedicación y el esmero que esta tradición ha cultivado a lo largo de los siglos.

La veneración de esta imagen se intensificó con los años, consolidándose como una de las más importantes procesiones de la Semana Santa en Guatemala.

Durante el Viernes Santo, la procesión del Señor Sepultado es uno de los momentos más solemnes y conmovedores, y el Cristo del Amor es llevado en un monumental cortejo que recorre las calles del centro histórico de la ciudad.

 Legado histórico

A lo largo de los años, el Señor Sepultado del Templo de Santo Domingo ha sido testigo de la devoción y el cariño de un pueblo que, generación tras generación, ha mantenido viva la tradición de la Semana Santa.

Su figura no solo evoca el sacrificio de Cristo, sino también el sentido de comunidad, fe y cultura que caracteriza a Guatemala.

El «Cristo del Amor» sigue siendo un símbolo poderoso que conecta a los fieles con los misterios de la fe cristiana, recordándoles que el amor divino prevalece, incluso en la oscuridad del sepulcro.

En cada Semana Santa, cuando las calles de la ciudad se llenan de incienso y oraciones, el Señor Sepultado es una presencia constante que invita a la meditación, el recogimiento y la esperanza, uniendo el pasado y el presente en un acto de devoción que sigue siendo uno de los pilares de la identidad guatemalteca.

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